Admiradora de la sabiduría del cuerpo y cómo se relaciona con los otros planos del ser, desde siempre mi gran pasión fue estudiar su funcionamiento a través de distintas fuentes de enseñanzas, empezando por la danza clásica y contemporánea, el chi kung, la bioenergía...

Cuando descubrí  el Tango argentino – hace más de 20 años – fue una revelación y sin duda una de mis mayores corazonadas.

Decidida en formarme seriamente, durante varios años viví entre Buenos aires y Francia, y en Córdoba (Argentina) un año, tomando clases con varios maestros.

Profundicé mis conocimientos estudiando en distintas escuelas de tango (tango milonguero, tango nuevo, tango fantasía), a fin de integrar sus fundamentos y encontrar el modo de unirlos de forma orgánica y sensorial.  Deseaba poder crear un tango que se nutre de varias fuentes y que abre el campo de las posibilidades creativas que propicia sin perder su esencia. Naturalmente, todo lo que me brindó este proceso incentivó el deseo de compartirlo, y se convirtió en profesión. Desde entonces me dedico a la enseñanza de este baile, en Sevilla (España) donde resido, en Francia y en Inglaterra donde viajo regularmente..

El  tango no solo abrió ante mí un campo  infinito de descubrimientos sobre la postura, la biomecánica del cuerpo y la dimensión energética – búsquedas que me incentivaron  a formarme también como profesora de yoga –. También me enseñó algo muy valioso: como “desenchufar” mi mente y afianzar un “sentir mi cuerpo” cada vez más pleno y placentero. Desde entonces no deja de sorprenderme su inmensa riqueza, ni de maravillarme  el cómo esta disciplina sigue abriendo nuevas exploraciones que me permiten  desarrollar un entendimiento cada vez más profundo, no solo del cuerpo, sino del Ser global que cada uno Es.

 

SOBRE MÍ

Que significa bailar tango para mi

Desde siempre me fascina el vínculo que se genera entre dos personas bailando tango y todo lo que esta relación implica: una música: dos universos singulares que interactúan  y co.crean juntos en búsqueda de sintonía y fusión

Bailar tango propicia un "habitar su cuerpo" más consciente, pleno y placentero.

Brinda nuevas formas de “explorarse” y de acercarse a los demás desde una comunicación lúdica y placentera, sin expectativas ni exigencias. Es idóneo para afianzar la confianza y la autoestima.

Afina la percepción sensorial, la escucha, la receptividad, tanto como el “soltar” y el entregarse. Amplía la conciencia corporal, un mejor alineamiento postural, el arraigo, el “anclaje interior” y el fluir de la propia energía.

Abre camino hacia la musicalidad del propio cuerpo, la posibilidad de crear un tango único y personal que facilita el desarrollo del potencial expresivo y sensual. 

Baile de improvisación por excelencia, sensitivo, intuitivo, implica una cualidad de presencia especial que conecta con el aquí y ahora anclando en el presente. 

Asentar los fundamentos del Tango desde la conciencia corporal y sensorial para que se pueda bailar libremente, sin pensar, facilitar la elaboración de un tango personal que permita disfrutar al máximo del intercambio que se genera entre dos personas que se escuchan y entregan a lo que generan entre sí espontáneamente, es mi objetivo como profesora.

Mi pedagogía

A menudo la enseñanza del tango está asociada a un aprendizaje basado en la acumulación y reproducción de secuencias memorizadas vistas como metas esenciales. Desde este enfoque la ejecución de los pasos suele carecer de fluidez por ser reproducida mecánicamente, su integración siendo más bien mental en lugar de orgánica. Como consecuencia, se dificultad la improvisación, característica propia a este baile. 

Para mí, bailar tango es un proceso cual objetivo central es el desarrollo de la conciencia corporal y sensorial tanto como la capacidad de crear libremente, ya que a mis ojos es lo que realmente nutre y enriquece el compartir.  

Por ende, para alcanzar una libertad de movimiento que permita realizar cualquier figura de forma espontanea y armoniosa, es necesario integrar los conceptos técnicos correspondientes sin saltar etapas, respetando su ritmo personal, con paciencia y constancia… sintiendo! 

Por eso, mi pedagógica se sustenta en tres pilares: el desarrollo de la conciencia corporal, la transmisión y la receptividad. Pretende enseñar una marcación corporal flexible, precisa y consciente – condición esencial para gozar de una buena comunicación –. Se basa en acciones concretas que permiten la elaboración fluida de pasos - cambio de peso, anticipación, intención, disociación… - y en principios físicos naturales como la contraposición, la gravedad, la circulación de la energía, modificaciones en el eje, oposiciones y compensaciones de fuerzas, etc. 

La incorporación progresiva de este lenguaje corporal y técnico es lo que permite la ejecución de figuras diversas, simples tanto como complejas. Entender en profundidad lo que supone su realización amplía las posibilidades de improvisación proporcionando un sin fin de combinaciones entre distintos elementos propio al vocabulario tanguero. De este modo, cada bailarín está en condiciones de elaborar un tango propio a favor del placer de sentir, una creatividad espontanea y fluida, un tango flexible y “camaleónico” que resuene con la propia sensibilidad e interpretación musical.

 

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